jueves, 27 de noviembre de 2008

La política y el Unión

La única vez que me referiré a la política. Creo que la política será eternamente un tema polémico, que despierta grandes pasiones y batallas ideológicas. Lejos de hacerlo por cobardía, no me gusta abordar temas políticos en algunas instancias sencillamente porque considero que la voluntad política de todos debe ser respetada para coexistir dentro de la civilización y que la belleza de esta radica en esa pluralidad de opiniones.

Habiendo dicho esto, recientemente he leído una pequeña ola de informaciones, oficiales y no oficiales, que aseguran que el futuro del club estaría asegurado por nuevas vinculaciones con instituciones y organizaciones de carácter publico o con fuerte dependencia en estructuras gubernamentales.

Esto, lejos de tranquilizarme, me causa gran preocupación, porque veo un regreso a la misma forma de hacer las cosas, al mismo modelo criticado exhaustivamente durante la existencia del Unión y que nos ha llevado a este alto estado de alarma.

Esto sería poco más que una curita sobre herida profunda y mortal.

De concretarse, sería el desperdicio de una gran oportunidad al recaer nuevamente en las manos del conformismo, del facilismo, la cimentación de un status quo que dictaminará que al final de un nuevo ciclo de vida político nos encontremos nuevamente en el mismo predicamento, y quizá con menos gente interesada (no es difícil ver un desgaste en la relación entre el fanático y la dirigencia del club). Inclusive, un posible éxito en la búsqueda de nuevas formas de energía nos podrían dejar en jaque definitivo (por la concentración de ingresos sólo entrando de una misma forma: industrias vinculadas al petróleo).

Además de esto yo creo que el club de alejarse de la política. Creo que no se deben mezclar ideologías de partido con la identidad del club. Creo que debemos poder ir al estadio y considerarlo como una zona libre de las presiones y tensiones políticas que nos rodean los otros 6 días a la semana. El club debe servir para unirnos, no para más decisivamente dividirnos.

PERO, no creo que el club deba alejarse del patrocinio proveniente de entidades públicas. Por qué?

Sencillo, creo que el beneficio que trae un club de fútbol a una sociedad no es económico. El fútbol de por sí no aumenta cifras de turismo año tras año, solo no genera suficientes puestos de trabajos como para ser una fuerza de creación de industria y no educa sólo con su presencia. Pero puede ayudar.

Creo que si se aleja al UAM de tintes políticos, pero aun se orienta hacia el bienestar social, puede tener una gran impacto positivo para la comunidad marabina, zuliana y hasta venezolana.

Tomando en consideración el gran poder de atracción de los deportes competitivos en la historia de la humanidad, la difusión prestada a ellos por parte de los medios de comunicación social y hasta la capacidad de congregar y unificar masas en sociedades orientadas hacia un fin, creo que el UAM puede ser impulsor de muchos proyectos libre de ideología partidista que inspiran el bienestar ciudadano.

El surgimiento de modelos positivos a seguir por parte de la juventud, el apoyo al desarrollo de la identidad del club arraigado en la celebración de la idiosincrasia/cultura marabina y zuliana, acciones sociales de solidaridad a aquellos menos afortunados y la educación del deporte como una alternativa viable para sectores asediados con crimen y desden podrían ser muchos de los beneficios sociales que puede ofrecer el club a la comunidad que lo cobija, y puede rescatar la confianza en el carácter solidario de las instituciones públicas, idea corroída en la percepción del ciudadano a escala mundial (no sólo en Venezuela).

Si a esto se le suma una diversificación de esfuerzos de captación de capital, como patrocinantes de industrias privadas (diseñando un plan donde verdaderamente vean un beneficio), un sistema de socios, la creación de áreas lucrativas como aquellas encargadas de la comercialización de la imagen en merchandising y generación de proyectos económicos complementarios, el club podría ser una verdadera fuerza en todos los frentes, sólido ante los embates de las múltiples variables que presenta el mundo moderno y futuro y que hacen imposible en la actualidad predecir a ciencia cierta prosperidad económica, pero manteniendo cierto la facilidad de predecir errores basados en errores pasados.

Eso sí, el éxito de la coexistencia de lo comercial con lo social sin lo político-partidista depende de asumir este reto con madurez por parte de todos los involucrados, para que esta utopia se cristalice en una realidad.

Yo estoy conciente que lo propuesto arriba es eso, una utopia. Pero creo que desaprovechar este momento de crisis buscando sólo soluciones que permitan vivir un día más sería lapidario para nuestro futuro. Creo que vivimos en una tierra de inmensas posibilidades, donde tanto es posible si sólo nos fijamos metas verdaderamente monumentales que nos motiven y luego vamos construyendo paso a paso el camino para alcanzar ese objetivo, que capaz sea inalcanzable, pero hará que cada paso en su dirección nos lleve a un futuro mejor.

Opinen aquí o aquí.

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